Toda la prensa española, de cualquier
signo político, está de acuerdo en que la presente campaña electoral no es más
que un plebiscito, sin interés alguno por el resultado, ya que la mayoría
absoluta de Rajoy es tan aplastante, que resulta demoscópicamente imposible
ningún cambio significativo.
Bien, pues nada, ya se sabe que el
pueblo nunca se equivoca. Y menos los españoles, que somos –como todo el mundo
sabe- un pueblo cultísimo, lo que se comprueba por doquier a nada que eches una
parrafada con cualquier ciudadano, ávido de hablar de alta política y entablar
sesudas discusiones filosóficas en aras de desnudar esas esquiva y casquivana
doncella que es la realidad cotidiana.
Vivimos en un lujo de país, envidia
de los antiguos griegos por la profundidad de su pensamiento y su infatigable
búsqueda de la perfección. Los ciudadanos españoles han diseccionado el
programa del PP y después de un largo y concienzudo estudio han llegado a la
conclusión de que es el que más conviene a sus intereses.
Plás, plás, plás, (aplausos).
Es maravilloso vivir en el solar patrio: Los ratones felices de votar al gato.
Tú tienes la palabra. Tú tienes el voto.
¡¡UTILÍZALO!!
¡¡UTILÍZALO!!