Al fin se han quitado la careta y descaradamente, como
corresponde a quien ostenta ya sin tapujos el poder absoluto, aparecen como los
verdaderos amos que son.
Ya todo el mundo sabe que Zapatero no hizo aquella semana
aciaga de mayo 2010 los recortes a los funcionarios y jubilados presentes/futuros,
porque así lo pensara, sino que se limitó a obedecer las instrucciones
inobjetables, indiscutibles e inapelables que los amos del mundo nos reservaban
–a través de su portavoz la señora Merkel- en su camino a la implantación absoluta
de sus neoliberales y egoístas principios ideológicos.
Así que resulta que ya todo el mundo sabe que Rajoy no pinta
nada y que se limitará a ser el perro faldero de su aliada ideológica la señora
Merkel. La diferencia es que Zapatero lo fue aullando lastimeramente por el
daño infligido a la clase trabajadora, y Rajoy lo hará encantado meneando la
colita. Zapatero nos dio una colleja y Rajoy nos dará una buena manada de lo
que todos sabemos.
Porque, ¿el problema no era Zapatero y cuando Rajoy llegara
al poder se acabaría? Pues no, eran solamente mentiras engañabobos para entregarle
su voto, y una vez entregado volvemos a la cruda realidad. ¿Cómo han recibido
los mercados a Rajoy?… subiendo la prima de riesgo y bajando la bolsa.
Bueno, pues a pasar estos cuatro años tomando todos los días
medio litro de aceite de ricino, y sufriendo todas aquellas canalladas que en
su inmensa imaginación guarden para nosotros estos patriotas de hojalata, de
corazón rebosante de egoísmo y vulgaridad, y que terminarán la legislatura
habiendo hecho infinitamente más ricos a los poquísimos ricos y mucho, pero que
mucho, más pobres a los infinitos incautos que entregaron mansamente su voto,
en un alarde de ceguera.
Cada pueblo tiene lo que quiere. Cada pueblo tiene lo que
vota. Así que a lo hecho, pecho.
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