viernes, 30 de diciembre de 2011

LAS VECES EN QUE RAJOY NEGÓ UNA SUBIDA DE IMPUESTOS.

El presidente del Gobierno pasó la última legislatura socialista exigiendo que el Ejecutivo no subiera los impuestos a los españoles.

Mariano Rajoy siempre dijo no. No a recortes sociales, no a las congelaciones salariales y un "no" rotundo a la subida de impuestos. Pero pese a lo dicho y repetido por el presidente del Gobierno antes de llegar a la Moncloa, las primeras medidas de su ejecutivo se integran en una bolsa de recortes de gastos, freno a salarios y subidas históricas de impuestos.

20.000 millones de euros más en recortes, sube durante dos años el IRPF a todos los contribuyentes, se incrementa el IBI para el 50% de las viviendas, se aprueba la "Ley Sinde", se congelan los sueldos de los empleados públicos, se amplían sus jornadas laborales a 37,50 horas y se deja a cero la tasa de reposición de funcionarios, se suspende la incorporación de nuevos beneficiarios al sistema de ayudas por dependencia y se limita la ayuda a los jóvenes al alquiler, se recorta un 20% las subvenciones a partidos, sindicatos y patronal. "Y esto es sólo el principio", ha asegurado la vicepresidente.

Pero el presidente había dicho siempre que no a una subida de impuestos. Lo dijo cuando aún no era presidente, a lo largo del verano de 2009. Y no una vez. Rotundo condenó una subida de impuestos para atajar la crisis general, asegurando que "sería la puntilla para las familias". Más sintético, aseguró que la solución era "más empleo y menos impuestos", una frase que se convirtió en eslogan electoral, justificando que "subir los impuestos, significa más paro, más recesión y pagar las gracietas de Zapatero".

Ante cualquier medida que supusiera una subida de impuestos por parte del anterior ejecutivo socialista, el entonces candidato a presidir el Gobierno lo calificaba de "disparate estratosférico", exigiéndole al entonces presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero "que no suba impuestos" bajo ninguna circunstancia. Todavía en 2011, en la recta final de la legislatura socialista y durante la campaña electoral, Rajoy llegó a prometer en diferentes circunstancias "no subir impuestos" e incluso ejerció una labor de presión sobre las Comunidades Autónomas del PP para que no subieran impuestos. Incluso durante el debate de investidura, el presidente Mariano Rajoy afirmó que no tenía intención de subir impuestos. "Lo que haremos es no gastar ni un euro más", recalcó hace solo diez días.

No ha terminado aún este 2011 y la subida de impuestos "se apoya en os principios de justicia y equidad", según ha afirmado hoy Soraya Sáenz de Santamaría. Un movimiento opuesto a las promesas electorales del nuevo presidente del Gobierno.

PÚBLICO. Pablo Oliveira y Silva Madrid. 30-12-2011

Bueno, pero qué más da, ¿verdad? Son el PP y se pueden permitir el lujo de mentir, engañar, calumniar, dimafar y cualquier otra cosa que se le ocurra, porque sus fans incondicionales tragan con todo. Y los TDLC lo mismo y, además, no se enteran. Que Dios nos coja confesados.

Y si queréis seguir sufriendo, ved lo que dice Nacho Escolar en su artículo en PÚBLICO de hoy.

 

Las promesas rotas

El Partido Popular se opondrá a cualquier subida de impuestos que proponga Zapatero porque significan más paro y más recesión”.
                                                                                                                           Mariano Rajoy, 29 de agosto de 2009.

Supongo que el matiz está en el “que proponga Zapatero”. Será que todo es distinto cuando lo dice Rajoy. El nuevo Gobierno del PP se estrena con una de las mayores subidas de impuestos de la democracia, una medida extraordinaria que el nuevo presidente ocultó a los ciudadanos durante toda la campaña electoral y que negó incluso en su debate de investidura, hace menos de dos semanas.
Yo no voy a subir los impuestos, no.
                                                                                                                          Mariano Rajoy, 16 de noviembre de 2011, cuatro días antes de votar.

La subida de impuestos supondrá una recaudación de unos 6.200 millones más. Dos tercios de esta cifra saldrán de las rentas del trabajo; las rentas del capital apenas aportarán 1.250 millones. El pago lo pagarán las clases medias asalariadas, que son los únicos que de verdad aparecen retratados en el IRPF. Al menos la subida es progresiva, pero la reforma escogida profundiza aún más en los problemas de nuestro injusto modelo fiscal.
No es el momento para demagogias fiscales (…) Hay que seguir bajando impuestos para ganar recaudación y no al revés”.
                                                                                                                     Cristóbal Montoro, 29 de agosto de 2011.

España recauda pocos impuestos, nuestra presión fiscal es muy inferior a la media europea, pero el porcentaje de ingresos procedentes de la imposición al trabajo (IRPF+cotizaciones), que es el sexto más alto de toda la UE (ver pag 59 de este informe de la Comisión Europea). Es más sangrante aún que el PP se oponga a la recuperación del impuesto de Patrimonio para grandes fortunas, que varias Comunidades Autónomas gobernadas por la derecha han renunciado a cobrar, y al tiempo penalice a esa clase media trabajadora que decían representar.
Pero no sólo hay subidas de impuestos, también hay rebajas. Vuelve una de las estrellas de la burbuja inmobiliaria: el regreso de la deducción por compra de vivienda, una de las medidas más estúpidas y contraproducentes del modelo fiscal español. Es una desgravación que sale muy cara: en 2008 llegó a costar más de 6.000 millones de euros. Es regresiva, porque beneficia más a las rentas más altas y se llega al absurdo de que el Estado subvencione, por ejemplo, mansiones de varios millones de euros si se trata de la “vivienda habitual”. Y además es injusta, porque realmente no ayuda a las familias, sino a las empresas del ladrillo: los vendedores acaban repercutiendo esa deducción en el precio final.
El Gobierno dará cumplimiento a uno de sus grandes compromisos electorales: la actualización del poder adquisitivo de las pensiones a partir del 1 de enero de 2012
                                                              Mariano Rajoy, 19 de diciembre de 2011, durante el discurso inicial del debate de investidura.

Ni siquiera esta medida, tan cacareada, se ha llegado a cumplir. El Gobierno ha subido las pensiones un 1% cuando la inflación es del 2,9% (último dato interanual: noviembre de 2011). Si se refiere al año 2012, la recuperación del poder adquisitivo de las pensiones tampoco es tal porque la previsión de inflación para España del BCE es del 2%, no del 1%. Además, con la subida de impuestos, algunos pensionistas se pueden encontrar con que el neto de su pensión, después de la retención, sea incluso inferior que el que venían cobrando hasta hoy.
No me parece justo hacer un recorte [a los funcionarios] sobre un anterior recorte y por tanto no lo contemplamos
                                                                                                                          Mariano Rajoy, 16 de noviembre de 2011.

No será justo, pero los funcionarios volverán a sufrir un nuevo recorte. Su sueldo sigue congelado; el neto incluso bajará en muchos casos por el aumento de la retención del IRPF. Pierden otra vez poder adquisitivo por la inflación, y por el mismo precio tendrán que trabajar dos horas y media más a la semana. No será el único aumento en su jornada laboral: como prácticamente se paraliza la reposición de funcionarios –sólo una plaza de cada diez–, tendrán que hacer también el trabajo de los compañeros que se jubilen.
No me voy a quejar de la herencia que reciba
                                                                                                                           Mariano Rajoy, 9 de noviembre de 2011.

Rajoy no se ha quejado aún de la herencia recibida porque ni siquiera ha comparecido para explicar este flagrante incumplimiento de sus promesas, empezando por aquella de “hablar claro” y “decir siempre la verdad”. Sí han hablado sus ministros y tanto Soraya Sáenz de Santa María como Cristóbal Montoro han responsabilizado al Gobierno anterior de que no se hayan cumplido los objetivos del déficit; un “imprevisto” que, según ellos, les ha obligado a este giro radical. Es una mentira más.
Los principales dirigentes del PP hace meses que en privado hablan de un déficit del 8% –lo conté, por ejemplo, en este artículo anterior al 20N–. Además, la principal desviación del déficit previsto no es por culpa del Gobierno central sino de las Comunidades Autónomas, gobernadas en su inmensa mayoría por el Partido Popular.
Es un compromiso que (…) pretendo hacer bandera en mi Gobierno, si la Cámara me otorga su confianza: decir siempre la verdad, aunque duela, decir la verdad sin adornos ni excusas, llamar al pan, pan y al vino, vino"
                                                                                                                             Mariano Rajoy, 19 de diciembre de 2011.

AHORA TODO SE DICE DE OTRA FORMA. 

Comprueba el nuevo lenguaje "popular".


No diga congelar el salario mínimo, diga “mejorar la competitividad”. No diga violencia machista, diga “violencia en el entorno familiar”. No diga recesión, diga “tasa negativa de crecimiento económico”. No diga copago ni mucho menos repago: es un necesario “ticket moderador”. No diga recortes, diga “reformas”. No diga empleo precario, diga mejor “minijob”. No diga abaratar el despido, diga “flexibilizar el mercado laboral”. No los llame patronal o empresarios, llámelos “emprendedores”. No critique las rebajas fiscales a los más ricos, son “ayudas a los ahorradores”.
No hable de regalar dinero público a la banca con un banco malo, se trata de “facilitar la gestión activa del patrimonio dañado de las entidades financieras”. No cuestione un gabinete de puerta giratoria, con los lobbies en el Consejo de Ministros: alabe su preparación empresarial. No critique a un ministro de Defensa que ha pasado los últimos 16 años a los dos lados del misil –comprándolos desde la Administración o vendiéndolos desde las fábricas de armas–: elogie su “experiencia en el sector”. No recuerde a Lehman Brothers, sus directivos nunca han sido responsables de lo que pasó.
No prometa ante la Constitución, mejor jure ante la Biblia. No hable de Estado aconfesional, elogie a dios como “legislador del universo”. No lo llame matrimonio, que las peras son peras, las manzanas son manzanas y la mujer-mujer es alcaldesa de Madrid. No diga Educación para la ciudadanía, diga mejor religión. Y deje de culpar al Gobierno del paro, de la situación económica o de la lluvia, que eso es cosa del pasado: ahora es culpa de la “herencia recibida” de la “hemorragia de la deuda”, de la “coyuntura económica general” y de la “crisis internacional”.
Y de la pertinaz sequía.
Actualización:
No lo llame subida de impuestos: es un “recargo temporal de solidaridad


(Nacho Escolar, PÚBLICO, 30-12-2011)

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